Algunos autores como Charles
Perrault o Madame Leprince de Beaumont, destaca la figura del fabulista, como FÉLIX MARÍA DE SAMANIEGO o TOMÁS DE IRIARTE. En esta época,
además, ocurren dos acontecimientos trascendentes para la que hoy se conoce
como Literatura Infantil, la publicación, por un lado, de Los viajes de Gulliver
y, por otro, , claros ejemplos de lo que todavía hoy, son dos temas que reúne
la LIJ: los relatos de aventuras y el adentrarse en mundos imaginados, inexplorados y
diferentes
Una vez llegado el siglo XIX
con el movimiento romántico, arriba el siglo de oro de la literatura infantil.
Son muchos los autores que editan sus obras con una extraordinaria aceptación
entre el público más joven. Son los cuentos (Hans Christian Andersen, Condesa de Ségur, Wilhelm y Jacob Grimm y
Oscar Wilde en Europa, y Saturnino Calleja y Fernán Caballero en España) y
las novelas como
Alicia en el país de las
maravillas, Lewis Carroll.
Junto con José Asunción
Silva, Rafael Pombo es el más destacado de los poetas colombianos del siglo
XIX. Favorecido por su bienestar económico, fue el primero que asumió la labor
poética como principal actividad a lo largo de todo su periplo vital, en una
época en que otros optaron por acatar las órdenes de la musa sólo de manera
periférica.
Finalmente, cabe destacar la inclinación de Pombo por la
literatura infantil, en donde da rienda suelta a su fascinación por lo fabuloso
y lo mágico. Ya en su etapa norteamericana dio a conocer dos recopilaciones de
relatos breves en verso: Cuentos pintados para niños (1867) y Cuentos
morales para niños formales (1869). Al primero pertenecen poemas tan
celebrados como El renacuajo paseador, El gato bandido, La pobre
viejecita y Simón el Bobito; del segundo son Mirringa y Mirronga y
Fuño y Furaño. La gracia y frescura de estos poemas ha alimentado la fantasía
de incontables generaciones de niños, y todavía hoy son enormemente populares;
tanto es así que Rafael Pombo es actualmente más conocido por esta vertiente de
su producción que por su lírica romántica.
FELIX MARÍA SAMANIEGO
Son conocidos los violentos enfrentamientos literarios que
mantuvo con algunos de sus colegas, como Vicente García de la Huerta y Fray
Diego González. Pero, sin lugar a dudas, la más célebre y destacada contienda
fue la que durante años sostuvo con Tomás de Iriarte, que había sido su amigo largo
tiempo. Samaniego, que había publicado en 1781 su primera colección de fábulas,
se irritó cuando Iriarte presentó la suya, publicada al año siguiente, como la
«primera colección de fábulas enteramente originales»
La influencia de su educación francesa se advierte en la
única obra por la que lo conocemos: las Fábulas en verso castellano para
el uso del Real Seminario Bascongado(1781), 157 fábulas distribuidas en 9
libros. Samaniego ridiculiza los defectos humanos en sus fábulas, imitando a
los grandes fabulistas Fedro, Esopo y La Fontaine. Aunque las fábulas de Samaniego
están escritas en verso, su carácter es prosaico, dados los asuntos que trata y
su finalidad es didáctica. Siguiendo el ejemplo de Fedro, Samaniego elimina de
sus fábulas el tono ingenuo y entrañable de que dotara Esopo a las suyas y las
llena de críticas veladas pero implacables contra personajes relevantes,
hábitos sociales y actitudes políticas de dudosa integridad. Entre sus
principales fábulas tenemos: La paloma, Congreso de ratones, La cigarra y la hormiga, El perro y el cocodrilo y La zorra y las uvas.